La oportunidad ante el aumento del pesimismo

En nuestro reciente estudio nacional de 1200 casos, cerrado el 31 de mayo pasado, hemos registrado algunos ejes centrales para los días por venir.

En primer lugar, evaluamos la credibilidad del equipo económico, cercana al 33% mientras que más del 60% opino de modo contrario. Evaluamos el grado de acuerdo que los argentinos tienen del plan económico del gobierno, y obtuvimos que un 40% lo apoyaba mientras que un 57% no lo hacía. Respecto del manejo y el desempeño en la reciente crisis cambiaria y económica, solo un 27% manifestó que fue acertada y más del 64% dijo que no lo fue. 

También medimos un contexto de marcada negatividad, ya que un 65% cree que la economía argentina va a estar peor de aquí a un año y un 80%, ante la pregunta sobre si el gobierno nacional, tiene controlada la situación económica, nos respondió que no.

Ante esta evidencia, no nos llama la atención que la desaprobación al gobierno de Mauricio Macri, supere en todo el país, el 60%. 

Mismos porcentajes reúnen tanto la figura del presidente, sus principales ministros e incluso la imagen del espacio político Cambiemos.

Pero incluso en este contexto adverso, el gobierno ha aprovechado el respiro que le han proporcionado los diferentes grupos opositores en ocasión de la ley de congelamiento de tarifas. Solo un 25% de argentinos, consideraron que la oposición estaba aportando a la gobernabilidad y un 52% considero que se estaban aprovechando de la situación. 

Ese respiro, en términos políticos, le permitió retornar a la centralidad y creemos que se siente cómodo con la reedición del clásico enfrentamiento con Cristina Fernández de Kirchner.

El problema aquí radica en una definición estratégica. Pelea por el poder o genera consenso para encaminar la crisis económica; incluso con la oposición y otros actores.

Claramente todos los actores de la política argentina optaron por la primera. Fue el propio Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, el que al día siguiente de la sesión por las tarifas, y luego de justificar el veto presidencial, manifestó sin necesidad de preguntas, que Mauricio Macri iba a presentarse a la reelección y que iba a ganar esas elecciones.

La oposición está en el mismo andarivel y, quizás sorprendidos por la falta de fortaleza del oficialismo, hoy tiene un esquema superpoblado de precandidatos para el 2019.

La oportunidad que se presenta a oficialistas y opositores es de estricto sentido común cuando aún no hemos visto reflejados en su totalidad, los efectos de la corrida cambiaria y mucho menos el impacto de los recortes anunciados por el Gobierno y los recortes que seguramente va a exigir el FMI.

La oportunidad es anteponer los intereses de la sociedad argentina frente a los efectos de la crisis económica. Que van a ser dramáticos para todos y más aún para los sectores más desprotegidos.

La oportunidad es dejar los intereses electoralistas para el próximo año o bien hasta el momento que tengamos la certeza que la crisis que se avecina, está controlada. Es hora de consensos. 

@GusCbayAsoc

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