En la sala Jorge Luis Borges ubicada en el predio de La Rural y en el marco de la actual Feria Nacional del Libro, la ex presidenta adujo que su “gran apuesta son los jóvenes” y advirtió que en la actualidad hay muchos más “planes sociales que antes con los ‘choriplaneros’”. Asimismo, elogió la política económica del gobierno del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
“Sinceramente”, obra ya considerada como “best seller” y que tuvo una demanda a tal punto que obligó a la editorial a reimprimir cientos de ediciones en menos de 24 hs ya que en esa misma cantidad de tiempo, las librerías habían agotado el stock. Ante los constantes cánticos de todos los presentes, la senadora por Unidad Ciudadana agradeció la bienvenida y aunque no confirmó si competirá por la presidencia, respondió igualmente a la convocatoria de consenso que lanzó el Gobierno. “Va a ser necesario algo más. Necesitamos un contrato social”, aseguró.
En un discurso sin papeles, que no llegó a superar los 40 minutos, la ex mandataria buscó un tono intimista y reflexivo e intentó evitar insultos contra Cambiemos: “Sin silbidos, ni nada”, solicitó, pero como es característico en sus presentaciones, se refirió a una frase tantas veces pronunciadas y quizá de carácter combativo, cuando dijo no creer en “los neutrales”. “Yo no creo en los neutrales. Para neutrales están los suizos, yo nunca lo fui ni lo quiero ser”, señaló.
Más allá de esto y de sus críticas a la actual gestión política, en ningún pasaje de su discurso mencionó al presidente Mauricio Macri, sino que por el contrario, Fernández respondió indirectamente al llamado de diálogo que hizo el Presidente. “En épocas de discursos de unidad, de grandes acuerdos entre sectores, políticos, sociales y sindicatos… nadie puede estar en desacuerdo con estos enunciados”, consideró la funcionaria nacional, que igualmente remarcó que va hacer “necesario algo más, con todos los argentinos, con metas verificables, cuantificables, exigibles”. “Yo le pondría el título de ‘Contrato social de ciudadanía responsable’”, manifestó.
En una defensa a su Gobierno remarcó que “no hay posibilidad de generar crecimiento sin un mercado interno fuerte” y sorprendió elogiando la política económica de Donald Trump. “Nos decían que no podíamos calentar la economía y miren a Estados Unidos: vuela”, destacó y con ironía añadió: “Sería bueno que los que viajan tanto para allá y escuchan lo que dicen allá, imiten...”.
Sin la presencia de ningún gobernador peronista, la primera fila fue reservada para referentes sociales, culturales y de Derechos Humanos- como Estela de Carlotto, Adolfo Pérez Esquivel, Teresa Parodi y Cecilia Roth- y el dirigente político Alberto Fernández, la persona que le dio la idea a Cristina de escribir un libro. Sin embargo, algunas ausencias dejaron sillas vacías y la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el diputado Felipe Solá terminaron sumándose a la primera línea.
En un silencio casi reverencial - que solo fue interrumpido por aplausos y el canto de “vamos a volver” o “Cristina presidenta”- el auditorio escuchó atento.
De igual forma, algunos dirigentes del Kirchnerismo consideraron que al discurso propinado por la vez presidenta “le faltó ‘power’”, elogiando de igual manera la "amplitud" que mostró. Todos se fueron con la misma sensación con la que llegaron: que Cristina Kirchner definirá su candidatura “el mismo 22 de junio -día de cierre de listas- a las 11.45 de la noche”.
Arriba del escenario la acompañaron únicamente la titular de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano, y el director en Argentina de Pengüin Random House Grupo Editorial, Juan Ignacio Boido.
"Recibimos con enorme satisfacción que la autora de Sinceramente haya privilegiado este espacio para presentar este verdadero suceso editorial que contrasta con la difícil situación que atraviesa nuestro sector", apuntó Carbano. "Los primeros 20 mil libros se agotaron en la primera hora y llevamos impresos más de 300 mil ejemplares", agregó Boido.
Por su parte, la ex senadora remarco que les había pedido a los organizadores del espacio “que fuera lo más parecido a la presentación de un libro”, y que el mismo “les sirva a los argentinos para debatir”, aunque “no es la verdad sacrosanta. No es el Talmud, no es la Biblia ni el Corán".
